Entrada realizada por:
Francisco Campos Sandí.
Andrea Camacho Méndez.
La pedagogía crítica de Rubem Alves, Paulo Freire y Enrique Dussel
Tanto
la pedagogía de Rubem Alves y Paulo Freire comparten la idea de que el
profesor debe ser crítico, creativo y apasionado por lo que hace, porque
esa manera le ayuda al estudiante a construir su propio pensamiento con
relación a su entorno, donde sea capaz de leer crítica y
comprometidamente la realidad que le circunda mediante la ética, la
estética y la acción política. Educar para ellos es un asunto de praxis
(no se separa la teoría de la práctica), es un educar para la vida
rompiendo con el sistema mecanizado o bancario el cual se impone
autoritariamente desde la infancia.
Ambos
autores comparten la idea de que la pedagogía debe ser crítica y
comprometida con el cambio social, a la vez las teorías de estos autores
se diferencian con respecto a las teorías del aprendizaje que ellos
implementaron.
Enrique Dussel
Nació el 24 de diciembre de 1934 en el pueblo de La Paz, Mendoza, Argentina. En 1975
es expulsado de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina y amenazado
de muerte por escuadrones paramilitares, con lo que da inicio su exilio
en México, país
que se convierte en su nueva patria al adquirir la ciudadanía. Todo
ello por su posición crítica ante la ultra derecha argentina,
concretamente la dictadura de Videla.
Enrique
Dussel, es reconocido internacionalmente por su trabajo en el campo de
la Ética, la Filosofía Política y la Filosofía latinoamericana, y en
particular por ser uno de los fundadores de la Filosofía de la
Liberación, corriente de pensamiento de la que es arquitecto.
Con
esta filosofía dirige el existencialismo hacia el terreno de la ética y
la austeridad, considera que Latinoamérica tiene la capacidad de
reconocer su ética y juzgar su propio ser.
Como afirma el
profesor en la clase, Dussel nos habla de la pedagogía como un campo
para aprender a reflexionar sobre NosOtros, considera a la pedagogía una
propuesta ética (crítica) con dimensiones políticas (lucha por el
reconocimiento y democracia radical), para él la pedagogía tiene una
tarea crítica de liberación, dicha liberación consiste en la
facilitación de posibilidades para que juntos nos “descolonicemos”, para
que desnaturalicemos el YO conquisto. Educarse en ese sentido es
aprender a preguntar, es hacer y hacerse las preguntas por las
totalidades aceptadas sin cuestionamiento, sabiendo que las respuestas
no son definitivas, ni son un recetario que se deba seguir, sino solo
aproximaciones a la verdad que de por sí no es absoluta.
Además
Dussel desarrolla el método para la construcción colectiva y contextual;
el cual se basa en la analéctica: método latinoamericano que va más
allá de la dialéctica de raíz europea, para él la dialéctica es un pasar
de problema en problema problematizándolos hasta regresar al primero
con una mayor comprensión. Por otra parte, como se vio en la clase, la
analéctica es una pedagógica de la liberación o un proceso de enseñanza y
aprendizaje donde enseñar es poner en crisis al Otro, es sacarlo de su
cotidianidad y emplazarlo a cuestionarse sobre las totalidades aceptadas
sin más. Con la analéctica se busca que ningún grupo minoritario,
minorizado y en desventaja quede anulado, invisivilizado o asumido en el
consenso democrático que suele subsumir a los más débiles en posiciones
de grupos más fuertes.
Por eso, aseguró el profesor en la clase
citando un libro de Dussel, para este filósofo argentino-mejicano, los
maestros no críticos ni comprometidos con el oprimido son personas
reproductoras de la injustica social: “son cómplices de la totalidad;
son los ideólogos que de alguna manera (tal como lo hacen quienes
esclarecen la realidad europea) cooperan con la dominación que se cumple
con respecto a lo que está fuera de su mundo.
La pedagogía para
Dussel es diálogo, encuentro entre el docente, el estudiante y la
comunidad; ese diálogo representa la posibilidad de la liberación, de la
reflexión o del reconocimiento del otro desde su distinción. La
pedagogía es por ello, ante todo un resultado inevitable de la ética
crítica y un lugar para formar al ser humano nuevo que necesita el mundo
para alejarse de su autodestrucción.