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Profesor de Pedagogía de la Universidad Nacional de Costa Rica

miércoles, 30 de abril de 2014

Pedagogía Crítica latinoamericana y sus implicaciones




Elaborado por:
Oscar Vega Jiménez, Gilberth Arce Quirós, Luis Carlos Rodríguez Rodríguez


PEDAGOGÍA CRÍTICA Y SUS IMPLICACIONES PRÁCTICAS

La pedagogía es un saber social o una disciplina practica la cual posee su propia epistemología, busca la interpretación y la transformación de la realidad.

La pedagogía de la liberación es, hoy en día la pedagogía crítica. Señala que ser profesor no implica ser pedagogo, ya que existen profesores que son meramente instrumentalistas, y en caso contrario, ellos deben buscar reforzar la parte práctica y critica de la pedagogía. Esta pedagogía crítica se basa en el sujeto, maestro-sujeto, en un método en el cual lleva al sujeto a buscar su propio camino.



Busca que el docente deje de ver al sujeto como una institucionalidad, porque la pedagogía debe basarse en la comunicación, y la relación docente-estudiante debe ser dialéctica.
Enseñar exige saberes, no los que se imponen en un sistema educativo, la pedagogía debe responder preguntas, pero el sistema da respuestas a preguntas que no se hicieron. Se debe comprometer en la transformación de la realidad, el docente crea procesos de reflexión, la materia debe de ser una excusa para enseñar a leer el mundo, como diría Freire.
Freire señala, “quien enseña aprende al enseñar y quien aprende enseña al aprender” (Freire, 2003. P.40).

El pensamiento práctico supone teorizar e investigar pues la práctica educativa no se reflexiona por sí misma.

La pedagogía crítica es una pedagogía que busca reforzar ese carácter reflexivo y práctico propio de la pedagogía, donde lo teórico y lo práctico mantienen una relación dialéctica y dialógica.

La pedagogía crítica se funda, epistemológicamente hablando, en el materialismo histórico y dialéctico, siendo así el marxisimo de corte revisionista la influencia mayor. Destacando el aporte de pensadores como Benjamin, Adorno, Horkheimer, Marcuse, Apel y Jamenson, Freire, McLaren, Giorux, Dussel, Gadotti, Assman Montero y muchos más.

Esta epistemología apuesta por una pedagogía comprendida con el cambio social y con la descolonización del saber. La pedagogía crítica centra su papel en el sujeto (maestro y estudiante) en interacción e interrelación con el objeto (contenidos) y los contextos (la realidad).

En Freire, ese estado de conciencia es resultado de la interacción entre la teoría y la acción o entre el pensamiento crítico y la práctica cotidiana, donde ambas conforman una unidad indisoluble y necesaria.

Esto implica romper con la pedagogía tradicional o bancaria, donde profesores y estudiantes apoyan y adoptan los lenguajes ideologías proceso sociales y mitos que los sitúa dentro de las actuales relaciones de poder y dependencia.

Al estudiar la pedagogía se desea un método que busca llevar al estudiante a ser sujeto de su propio destino de modo que sea capaz de transformar su realidad y de buscar sus propios caminos de lucha (Freire, 2003, p. 60).



Para ello el docente tiene un compromiso ético y político que incluye lo técnico o instrumental pero que lleva más allá mediante el proceso de reflexión.  En la actualidad la pedagogía instrumentalista abocada al dominio de lo técnico, lo pragmático, lo funcional o lo útil, dejando de lado lo critico, lo político y lo ético, por considerarlos procesos ineficientes.
Para evitar esa atrofia política, la pedagogía critica problematiza la realidad de modo que el sujeto cuestione su estar en el mundo.

De este modo ético, crítico y político, el sujeto individual y colectivo podría entender y vivir la democracia como un proceso de participación reflexiva y activa en la toma de decisiones de todos aquellos asuntos que atañen a la comunidad, a la nación, al mundo.
El ser sujeto en la educación implica que los que poseen más poder en las relaciones de enseñanza y aprendizaje como los adultos, los docentes, dejen de ver al aprendiente como un ser institucionalizado.

Por ese hecho verticalista Freire indica que la educación liberadora solo será posible si se supera la contradicción educador – educando, estableciendo para ello un dialogo horizontal. Freire resalta que “nadie educa a nadie, nadie se educa solo y los hombres se educan entre sí, mediatizados por el mundo” (2003, p. 19). Es decir  la pedagogía crítica depende de la comunicación de conocimientos, la resolución de problemas mediante la reflexión y la acción.
Esa horizontalidad posibilita por la comunicación permite que la pedagogía favorezca la construcción propia de nuestras preguntas. Creando una pedagogía de razón que también escucha al corazón.

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