Elaborado por:
Oscar Vega Jiménez, Gilberth Arce Quirós,
Luis Carlos Rodríguez Rodríguez
PEDAGOGÍA
CRÍTICA Y SUS IMPLICACIONES PRÁCTICAS
La pedagogía es un saber social o una disciplina
practica la cual posee su propia epistemología, busca la interpretación y la
transformación de la realidad.
La pedagogía de la liberación es, hoy en día
la pedagogía crítica. Señala que ser profesor no implica ser pedagogo, ya que
existen profesores que son meramente instrumentalistas, y en caso contrario,
ellos deben buscar reforzar la parte práctica y critica de la pedagogía. Esta
pedagogía crítica se basa en el sujeto, maestro-sujeto, en un método en el cual
lleva al sujeto a buscar su propio camino.
Busca que el docente deje de
ver al sujeto como una institucionalidad, porque la pedagogía debe basarse en
la comunicación, y la relación docente-estudiante debe ser dialéctica.
Enseñar exige saberes, no los que se imponen
en un sistema educativo, la pedagogía debe responder preguntas, pero el sistema
da respuestas a preguntas que no se hicieron. Se debe comprometer en la
transformación de la realidad, el docente crea procesos de reflexión, la
materia debe de ser una excusa para enseñar a leer el mundo, como diría Freire.
Freire señala, “quien enseña aprende al
enseñar y quien aprende enseña al aprender” (Freire, 2003. P.40).
El pensamiento práctico supone teorizar e
investigar pues la práctica educativa no se reflexiona por sí misma.
La pedagogía crítica es una pedagogía que
busca reforzar ese carácter reflexivo y práctico propio de la pedagogía, donde
lo teórico y lo práctico mantienen una relación dialéctica y dialógica.
La pedagogía crítica se funda, epistemológicamente
hablando, en el materialismo histórico y dialéctico, siendo así el marxisimo de
corte revisionista la influencia mayor. Destacando el aporte de pensadores como
Benjamin, Adorno, Horkheimer, Marcuse, Apel y Jamenson, Freire, McLaren,
Giorux, Dussel, Gadotti, Assman Montero y muchos más.
Esta epistemología apuesta por una pedagogía
comprendida con el cambio social y con la descolonización del saber. La
pedagogía crítica centra su papel en el sujeto (maestro y estudiante) en
interacción e interrelación con el objeto (contenidos) y los contextos (la
realidad).
En Freire, ese estado de conciencia es
resultado de la interacción entre la teoría y la acción o entre el pensamiento
crítico y la práctica cotidiana, donde ambas conforman una unidad indisoluble y
necesaria.
Esto implica romper con la pedagogía
tradicional o bancaria, donde profesores y estudiantes apoyan y adoptan los
lenguajes ideologías proceso sociales y mitos que los sitúa dentro de las
actuales relaciones de poder y dependencia.
Al estudiar la pedagogía se desea un método
que busca llevar al estudiante a ser sujeto de su propio destino de modo que
sea capaz de transformar su realidad y de buscar sus propios caminos de lucha
(Freire, 2003, p. 60).
Para ello el docente tiene
un compromiso ético y político que incluye lo técnico o instrumental pero que
lleva más allá mediante el proceso de reflexión. En la actualidad la pedagogía instrumentalista
abocada al dominio de lo técnico, lo pragmático, lo funcional o lo útil,
dejando de lado lo critico, lo político y lo ético, por considerarlos procesos
ineficientes.
Para evitar esa atrofia política, la
pedagogía critica problematiza la realidad de modo que el sujeto cuestione su
estar en el mundo.
De este modo ético, crítico y político, el
sujeto individual y colectivo podría entender y vivir la democracia como un
proceso de participación reflexiva y activa en la toma de decisiones de todos
aquellos asuntos que atañen a la comunidad, a la nación, al mundo.
El ser sujeto en la educación implica que los
que poseen más poder en las relaciones de enseñanza y aprendizaje como los
adultos, los docentes, dejen de ver al aprendiente como un ser
institucionalizado.
Por ese hecho verticalista Freire indica que
la educación liberadora solo será posible si se supera la contradicción
educador – educando, estableciendo para ello un dialogo horizontal. Freire
resalta que “nadie educa a nadie, nadie se educa solo y los hombres se educan
entre sí, mediatizados por el mundo” (2003, p. 19). Es decir la pedagogía crítica depende de la
comunicación de conocimientos, la resolución de problemas mediante la reflexión
y la acción.
Esa horizontalidad posibilita por la
comunicación permite que la pedagogía favorezca la construcción propia de
nuestras preguntas. Creando una pedagogía de razón que también escucha al
corazón.
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